Un dólar = un euro. ¡Todos a Europa, entonces!

Un dólar = un euro. ¡Todos a Europa, entonces!

No se debe usar la actual cotización para pronosticar; se trata de dos monedas que cotizan de manera libre y, por consiguiente, su relación solo por casualidad se mantiene constante

A comienzos de esta semana, el precio del euro, en términos de yenes, yuanes y pesos argentinos, fue igual al precio del dólar en términos de las referidas monedas. Esta es una manera rebuscada de decir que el euro y el dólar se cotizaron 1 a 1.

El dólar, casi tan antiguo como los Estados Unidos, es emitido por el Sistema de la Reserva Federal; en tanto que el euro, nacido como moneda de cuenta en 1999, y como moneda física tres años más tarde, es emitido por el Banco Central Europeo.

Como los países que utilizan el euro como moneda local no coordinaron entre sí sus respectivas políticas fiscales, cada tanto se han producido crisis. Por ejemplo, la de Grecia. Que generaron muchos comentarios, pero ningún abandono. En Atenas no se utilizan los dracmas, sino los euros.

La relación euro-dólar nació, y continúa siendo, una de tipo de cambio flotante. Vio la luz a 1,16, en algún momento cayó a 0,80, en otro subió a 1,60, desde hace algún tiempo se había ubicado levemente por encima de 1 a 1, hasta que fue noticia por la paridad entre ambas monedas.

Por favor, no se deje llevar por la poesía. No diga que el euro “aterrizó” sobre el dólar, mucho menos que “cruzó la barrera” de la paridad. Se trata de dos monedas que cotizan de manera libre y, por consiguiente, su relación solo por casualidad se mantiene constante. En particular, ¡no utilice la reciente cotización para pronosticar!

¿Cómo se explican las oscilaciones en la referida relación? Que opinen los que saben. Para llegar a entender lo que puede estar pasando, hay que tener en cuenta que los stocks de dólares y euros son inmensos, de manera que difícilmente las referidas oscilaciones se puedan explicar por el perverso accionar de algún “gnomo de Zúrich”, la expresión que el ex primer ministro inglés Harold Wilson utilizaba para referirse a los especuladores.

Lo que sí puede estar ocurriendo son los comportamientos de manada, en función de diferenciales existentes en las respectivas tasas de inflación, tasas de interés, etcétera; pero como digo, que opinen los que saben.

Pocos países tienen la mala costumbre argentina de pasar a precios las devaluaciones. Esto implica que, con relación a lo que venía ocurriendo, y por el momento, comer en Europa se abarató con respecto a hacerlo en Estados Unidos. Pero por ahora me quedo acá, porque en ambos lados resulta mucho más caro que almorzar o cenar en la Argentina.

Por: Juan Carlos de Pablo / LN+

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