La tiktoker australiana Tee Jay señaló que luego de inocularse con las dos dosis notó una inusual reacción en una parte de su cuerpo.
Mucho se ha escrito e investigado acerca de los efectos secundarios que pueden provocar las vacunas elaboradas para combatir el Covid-19. Sin embargo, una tiktoker australiana aseguró que luego de recibir las dos dosis de Pfizer sintió un cambio muy particular en su físico. Algo que se relaciona con lo que ella llama, de manera metafórica, “sus faros altos” que, según asegura, “se encendieron de manera permanente”.
La joven de Melbourne que aseguró haber tenido esa reacción secundaria luego de recibir la doble dosis de la vacuna del laboratorio Pfizer-BioNTech contra el coronavirus es una creadora de contenido en redes llamada Tee Jay, cuyo usuaria en TikTok es Wippa Snippa. El video en el que anuncia su descubrimiento fue publicado el pasado 22 de enero y rápidamente se volvió viral. Superó las 860 mil reproducciones.
En el video, la joven aparece frente a la cámara y con una gran frescura cuenta lo que le pasó luego de las inoculaciones. “Todos me señalaron que en mis videos pueden verme los faros delanteros. Lo sé. No puedo evitarlo y estuve intentando averiguar por qué me sucede eso, incluso en días de 40 grados”.
“Hasta que me di cuenta de que me había aplicado dos dosis de Pfizer y desde entonces, mis ‘luces delanteras habían estado encendidas”, reveló Tee Jay. En Australia, la expresión ‘faros o luces delanteras encendidas’ es un eufemismo para referirse a cuando los pezones están erectos y se perciben a través de la ropa, un fenómeno que se relaciona más con el frío y que en este lado del mundo se describe con otra analogía, asociada al dispositivo que se aprieta para anunciar que uno está en la puerta de una casa.
“Desde entonces, eso me pasa todo el tiempo, cuando estoy de compras al supermercado, cuando me acuesto al lado de una estufa… -continuó la joven en el video y preguntó-. ¿Alguna más tuvo tras la doble vacunación este problema de estar con ‘los faros encendidos’ durante todo el tiempo?”.
Entre los cientos de comentarios que recibió el video de Wippa Snippa, donde no faltaron obviamente todo tipo de bromas y chicanas, fueron varias las mujeres que confesaron que a ellas les había pasado algo similar. “Dios mío, eso también me pasó a mí”, respondió; “Sí, yo también noté eso”, comentó otra; “Acá también”, añadió una tercera.
Lo que denuncia Tee Jay sobre la posible reacción a la Pfizer no sería el único efecto secundario de esa vacuna relacionado con esta parte del cuerpo. En Australia también, muchas mujeres informaron que un crecimiento notable en sus senos y glándulas mamarias luego de recibir sus dosis. El efecto tuvo hasta su nombre: “Cirugía de senos de Pfizer”.
De hecho, en julio del año pasado, según consigna la cadena australiana News, el Departamento de Salud de Australia informó que los ganglios linfáticos inflamados pueden ser uno de los efectos secundarios, aunque poco frecuentes, de la inoculación con Pfizer.
En los Estados Unidos, en tanto, subió el número de mujeres recién vacunadas con las dosis del citado laboratorio que programan citas para hacerse una mamografía. Es que las mujeres podían confundir los ganglios inflamados con alguna señal de cáncer de mama, informó la doctora Laura Esserman, directora del Centro de Atención Mamaria de la Universidad de California, en San Francisco.
“Estoy seguro de que cientos de miles de mujeres se verán afectadas por esto”, dijo Esserman a ABC7 de Chicago, en mayo del año pasado.
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), estas reacciones en los senos no se encuentran entre los efectos secundarios más frecuentes de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus.
La entidad informó el pasado mes de enero que los síntomas que se reportan tras la aplicación de esta vacuna son: dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos, cansancio, fiebre, dolores articulares y dolor e inflamación en la zona de la aplicación.
Así mismo, la CDC aseguró que los beneficios de la inmunización con Pfizer son mucho mayores que los riesgos registrados, que dan cuenta de que solo una de cada 100.000 personas tuvo alguna reacción alérgica grave.
Fuente: LA NACION