Folclore sin roles: “Bailamos sin prejuicios”

Folclore sin roles: “Bailamos sin prejuicios”

Juliana Argüello es la fundadora y directora de Féminas Folk, el grupo de bailarinas de folclore que fusionan el rol del hombre y la mujer rompiendo tabúes y desechando prejuicios.

Juliana Argüello es la fundadora y directora de Féminas Folk, un grupo de mujeres de Balnearia y Miramar que bailan folclore, emplazando la danza y el rol femenino y masculino en sus pasos.

Hoy, con el impulso y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos, Féminas Folk es el claro ejemplo que la danza tradicional puede trascender y romper tabúes, convirtiéndose en un espacio de permisos, licencias y exquisitez artística. 

Tal como ocurre con Malevo, el famoso grupo de hombres que baila folclore y conquistó al mundo, las chicas de nuestra zona del departamento San Justo avanzan sin retroceder, para dar lo mejor de ellas. 

Un grupo de mujeres que bailan folclore… como los Malevo, pero femenino.

En el pueblo generamos algo muy lindo. A mí, desde siempre, me gusta innovar. Hago folclore desde chica y siempre fue un sueño tener un grupo de mujeres. Aunque se piense que en el folclore se necesita un hombre para poder bailar y que ellas solo pueden zarandar y los varones zapatear, nosotras venimos a mostrar todo lo contrario.  

Rompen con lo tradicional.

Como artistas tratamos de incorporar toda la vestimenta posible y armar una mixtura. Hay una mezcla de lo masculino y lo femenino. Usamos las botas de potro que siempre se ven en el varón y las fabricamos nosotras. También usamos el sombrero y las polleras, que  son  como el pantalón cribado del folclore. 

Cómo toman su presentación los amantes de lo tradicional?

En cada lugar que nos presentamos tenemos una buena respuesta. Yo bailo desde los siete años pero nunca me pasó que me saluden por lo que hago. Con Féminas, siempre una o dos personas se acercan luego de nuestra actuación y nos felicitan. Eso nos demuestra que vamos por el buen camino. Mucha gente que no conocía el folclore, le empieza a gustar por nosotros y en la zona, el que siempre se vio el baile de una mujer con un hombre, nos permite romper con los tabúes. 

¿Cómo lográs una coreografía conjugando el rol del hombre y la mujer?

Le dedico un día para poder armarla. Escucho la música que me gusta y desde ese momento empiezo a imaginar, investigar y estudiar en mis libros de danza. Con esa base, voy visualizando el movimiento del pañuelo, de las chicas y voy pensando nuevas ideas. Hacemos una fusión entre los distintos pasos de ambos roles y agregamos lo masculino con nuestra versión femenina.

¿Qué danzas interpretan?

Sureñas y norteñas, y para cada una de ellas tenemos un vestuario. Son 20 minutos de presentación sobre el escenario donde además rescatamos otros estilos que no son típicos de esta zona como son la remesura con giros, contragiros y vueltas y la resbalosa.  Más allá de las modificaciones, respetamos la danza pura pero siempre incorporamos algo distinto. Próximamente sumaremos un vals. En la docencia, también estoy enseñando a mis alumnas que aprendan otros estilos dentro del mundo del folclore. 

¿Qué es Fémina Folk?

Somos un grupo de mujeres apasionadas por lo que hacen y que se dejan llevar por lo que sienten. Tenemos una conexión especial con el espectador. Con ellos, hay una interacción a través de la mirada. Siempre les digo a las chicas que busquen esa mirada que las esté siguiendo y que ahí se posen para hacer su actuación. Eso lo experimentamos en varias actuaciones y es fabuloso porque si bien nos relacionamos entre nosotras, buscamos atrapar al espectador. Lo nuestro es como la danza- teatro. 

“Tenemos una conexión especial con el espectador. Con ellos hay una interacción a través de la mirada. Siempre les digo a las chicas que busquen esa mirada que las esté siguiendo”.

¿El público se convierte en la pareja de baile que no tienen en el escenario?

Totalmente. En un momento pensé si esto quedaría bien porque es como una provocación sutil al espectador. Hay personas que se sienten incomodas, pero son solo segundos donde nos devuelven el gesto en la danza. La comunicación es con las miradas. 

¿Quiénes te acompañan?

Somos muchas mujeres juntas reunidas sobre el escenario. Aunque no parezca, todas tenemos distintas edades y también diferentes formas de vida y de pensamientos. Hay adolescentes, las que estamos maternando y abuelas. Todo eso está fusionado en el grupo y nos complementamos muy bien.  Una Féminas Folk tiene que tener actitud, ganas de hacer y sin prejuicios. Más allá de la técnica, no es lo que nos interesa sino la presencia sobre el escenario. Cada mujer tiene un rol importante y las nombramos a cada una al final del show para que el espectador aplauda una por una. Eso es magnífico. 

¿Armaste el grupo que soñaste?

Féminas nació hace un año aproximadamente y para armar el grupo asistí a cada peña que se daba en la zona porque buscaba mujeres que ya supieran bailar. Las chicas son todas de Balnearia y Miramar, las estudié a cada, les escribí y cuando les conté la idea de formar un grupo de mujeres, me dijeron que sí de inmediato. Empezamos a ensayar y en junio surgió la oportunidad de presentarnos por primera vez en una pela en “Late el Monte”, que se realiza en la localidad de Balnearia. Todo lo hacemos a pulmón, fabricamos nuestros vestuarios y le ponemos mucho esfuerzo para seguir creciendo. 

¿Qué meta tenés con el grupo?

Que Féminas Folk salga en LA VOZ DE SAN JUSTO es mucho para nosotras. Vamos paso a paso, esperando lo que vaya sucediendo y generando, que el destino disponga para este grupo y que lleguemos donde tengamos que hacerlo. 

Dedicada a los animales

Además de amar la danza y formar Féminas sin fines de lucro, también tiene un costado solario con los animales.  Juliana es proteccionista y participa activamente en una sociedad rescatista de su localidad y aportando por los que menos tienen. 

Fuente: LaVozDeSanJusto

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