El conmovedor llanto de la primera seño de Messi, que sueña con un reencuentro

El conmovedor llanto de la primera seño de Messi, que sueña con un reencuentro

Mónica Dómina, maestra de Leo de 1° a 4° grado, se quebró en plena nota y contó que “se siente parte de él”. Escuchá el audio.

Con una sensibilidad propia como si fuera su madre, Mónica Dómina, la primera señorita que tuvo Lionel Messi en la escuela primaria General Las Heras en Rosario (de 1° a 4° grado), emocionó a todos cuando, en plena nota radial, rompió en llanto al aire tras recordar cómo era Leo de chiquito. Reveló su sorpresa al enterarse de que, hace unos años, el propio Messi la había mencionado y se ilusionó con un posible reencuentro.

Mónica Dómina, quien fue la maestra de Messi de primer a cuarto grado, lo recordó con mucha emoción. Foto: AFP / CARLOS CARRION

La emoción de la primera maestra de Messi

Play VideoEl llanto conmovedor de la primera seño de Messi al recordarlo

«No soñé con Lionel -estoy llorando- pero es mi gran deseo que venga a verme y me pueda decir personalmente: ‘Te vine a ver Mónica’. Sería lo más hermoso que me podría pasar. Ése es mi sueño. Ojalá que suceda porque como él dijo mi nombre, quiere decir que algo dejé en su ser; alguna semillita de mi persona en su personalidad, su forma de ser y en su educación. Así que me siento parte de él», comentó la primera señorita de Messi, emocionada hasta las lágrimas, en diálogo con Súper Deportivo Radio de Villa Trinidad.

Según cuenta la propia maestra, el nuevo jugador del PSG la mencionó en una nota que dio hace varios años: «Un día, Dios me permitió encender el televisor y encontrarme que le estaban haciendo una entrevista. Alejandro Fantino, que era quien se la hacía, le preguntó si se acordaba quién había sido su primera maestra en la primaria. Él enseguida no dudó y dijo: «¡Mónica Dómina!» Yo no lo podía creer que él se acordara de mí. Las maestras dejamos huellas, pero que Messi se acuerde de mí fue increíble. El último contacto que tuve con él fue a los nueve años».

Andrea Costas y Mónica Domina, maestras de la escuela primaria General Las Heras en Rosario. Foto: AFP / CARLOS CARRION

El deseo de la seño de que Leo ganara con Argentina

Además, la seño Dómina contó que vivió la tan esperada consagración de Messi y la Selección Argentina como si fuera su mamá: «Yo deseaba y le pedía a Dios que en algún momento él pudiera demostrar lo que sentía. Yo deseaba y quería que se le dé en la Selección. Cuando se le dio con la Selección, dije: ‘¡Uy Dios mío!’. Lo vi como un hijo porque muchas veces nuestros alumnos son como nuestros hijos. En el Barcelona tuvo un montón de títulos y medallas, pero lo mas importante para él siempre fue lograr algo con la Selección».

Y vaticinó que la Argentina va a ganar el Mundial y cuál va a ser la reacción de Leo: «Sé que le va a pasar y que va a ganar el Mundial. Me imagino que lo va hacer con los ojos cerrados, con un gesto diciendo que pudo, y diciendo: ‘¡Miren, lo logré. Soy yo!’. Será la primera vez que alardeará quién es. Lo podrá hacer. Hasta ahora nunca lo hizo, porque todo lo que guardó fue angustia, por todo lo que dijeron de él. En ese momento, sí va a alardear de que es el mejor jugador del mundo. Yo sé que lo va a lograr. Lo tengo en la mente que lo va a hacer».

Leo en sus primeros años en las inferiores de La Lepra

Más declaraciones de su primera señorita

Por último, recordó cómo era Messi en la primaria: «Cuando lo veo entrar a jugar, me hace acordar cuando era pequeño. Era muy silencioso en el salón, amado por sus compañeros. Era una «pulguita» con ojos picarones, de pelo rubio, lacio y con flequillo que cuando tocaba el timbre del recreo salía corriendo para jugar a su pasión que era el fútbol en el salón de la escuela. Todos querían ser parte de su equipo, porque él era líder. Es un ser especial, es una luz. Me llena de orgullo que siga siendo así».

«Me acuerdo que, en primer grado, su madre Celia traía en una bandeja las medallas y copas que el ganaba, para mostrarlas de manera orgullosa. Él se levantaba del banco, -sin permiso porque nunca lo hacía- y salía corriendo para tratar de parar a su madre y empujarla para que no entre al salón con sus medallas. Nunca contaba lo que hacía, nunca alardeó de sus logros. No quería saber nada, nadie sabía nada».

Fuente: «Olé»

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