Así lo informó la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) sobre esta patología que detectada en estadío temprano tiene una supervivencia de casi el 80%.
Al menos unas 10 personas son diagnosticadas cada día con cáncer de vejiga en el país, donde se trata del noveno tumor en prevalencia, según datos arrojados por la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) sobre esta patología que detectada en estadío temprano tiene una supervivencia de casi el 80%, aseguraron hoy especialistas en las vísperas del Día Mundial.
«La vejiga es el órgano de almacenamiento de la orina donde permanece el mayor tiempo después de haber sido producida por los riñones y descender por los uréteres; la capa más interna en contacto con la orina se llama urotelio y es donde se desarrollan los tumores; éstos pueden involucrar solo al urotelio o extenderse al músculo», dijo a Télam el urólogo Norberto Bernardo, jefe del Servicio de Urología del Hospital de Clínicas.
Según datos de la AAOC, en 2020 se diagnosticaron 3.785 casos en Argentina de tumores en la vejiga, lo que lo convierte en el noveno más frecuente; el 75% de los casos se dan en hombres.
Fernando Galanternik, médico oncólogo e investigador clínico, describió que existen tres estadíos de cáncer de vejiga.
«Uno es el superficial, es decir que no invade o invade poco el músculo que es el que se contrae para que uno pueda orinar», explicó el especialista, y precisó que su tasa de supervivencia a cinco años es de entre el 75 y el 80 por ciento.
Y continuó: «Otro estadio es cuando compromete el músculo, y ahí decimos que es un carcino urotelial o ‘musculoinvasor‘. En esos tumores los tratamientos son diferentes y la sobrevida es menor, ya que sólo el 50% de los pacientes están vivos a cinco años».
Finalmente, el especialista -quien trabaja en el Cemic y la Fundación para Combatir la Leucemia (Fundaleu)- describió que «el peor es el que tiene metástasis» lo que significa que la enfermedad ya salió de la vejiga.
«En ese caso la mayoría de los pacientes ya no se pueden curar; los tratamientos son paliativos y la supervivencia a cinco años es del cinco por ciento, es decir que en estos pacientes con cuadros avanzados hay una necesidad médica insatisfecha muy grande», señaló Galanternik.
En relación a los signos de alerta, Bernardo – quien es además docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Jefe de Servicios del Centro Argentino de Urología (CAU) -, sostuvo que «los síntomas consisten en la aparición de sangre en la orina o molestias con aumento de la frecuencia en la micción».
En cuando a la prevención, el especialista explicó que dentro de los estudios de rutina de orina la aparición microscópica de sangre es un signo de alerta que debe ser investigado en profundidad «porque puede representar un síntoma incipiente de un tumor localizado en la vejiga».
Bernardo explicó que en caso de detectarse sangre en la orina se deben indicar «estudios complementarios entre los cuales se encuentran las ecografías, tomografías y las endoscopías, que permiten confirmar o descartar la presencia de un tumor».
Una vez realizado el diagnóstico hay diferentes tipos de tratamientos que varían de acuerdo al tipo de tumor y estadio en el que se encuentra y pueden incluir cirugías, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia o terapias dirigidas.
«En la actualidad existe cada vez más el desarrollo de la medicina de precisión que consiste en guiar tratamientos a alguna característica molecular de la enfermedad. Cuando decimos molecular estamos hablando de alguna característica de los genes o de las proteínas de los tumores que permiten que esos genes alterados o esas proteínas alteradas sean un blanco para tratar con moléculas específicas», detalló Galanternik, quien es además consultor externo de laboratorio Janssen
El oncólogo dijo que en el cáncer de vejiga «alrededor de un 15 o 20 por ciento de los casos avanzados tienen una mutación en un gen específico (FGFR2 y FGFR3); en pacientes que demostraron ser resistentes a la quimioterapia y tienen estas mutaciones existe una molécula (Erdafitinib) que ha demostrado tener una buena eficacia (una tasa de respuesta del 40%), con números muy promisorios en esta enfermedad».
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer de vejiga se encuentran el tabaquismo, la edad avanzada (la mayoría de las personas diagnosticadas con cáncer de vejiga son mayores de 55 años), ser hombre, la exposición a ciertas sustancias químicas (como el arsénico y las sustancias utilizadas en la fabricación de tintes, cauchos, cueros, productos textiles y pinturas), tratamientos oncológicos previos, inflamación crónica de la vejiga (infecciones o inflamaciones de las vías urinarias crónicas o repetidas), y antecedentes personales o familiares de cáncer.
Fuente: lmdiario