Fue victoria del conjunto de barrio Jardín por 3 a 0, en un partido con emociones y con momentos de tensión. Pizzini, Garro y Buffarini, de penal convirtieron para los de Gandolfi.
A una semana del inicio del torneo de Primera División, este sábado Córdoba recuperó su clásico fundamental en un estadio Mario Alberto Kempes colmado por multitudes de ambas tribunas. Pero en cancha, la fiesta fue toda de Talleres.
A pesar de las dudas del armado del plantel, las críticas al presidente Andrés Fassi por la falta de refuerzos y por el éxodo de la defensa, sacó chapa y categoría para imponerse 3 a 0 ante un Belgrano que quedó atónito después del primer golpe.
Todo esto en el marco del clásico de Verano, donde confluyeron un albiazul necesitado y un «Pirata» que llegaba con el envión del ascenso y de sus ganas de demostrar, aunque eso le jugó una mala pasada, y los de barrio Jardín, a pura practicidad, se quedaron con todo.
Y eso que el «Celeste» había mostrado más entusiasmo en el arranque, quizás entusiasmado por el reencuentro con el clásico rival ahora con otra chapa pero la historia cambió a los 11 minutos. Talleres golpeó primero con una jugada que inició desde el fondo pero mostró una verticalidad que antes no solía aprovechar, Michael Santos habilitó a Pizzini y este definió ante la salida de Losada para hacer delirar a la tribuna Willingnton.
Belgrano mostró debilidades en ambos laterales, tanto en Compagnucci y Diarte, además de que nunca Longo, Zapelli no tuvo socios y Tomassetti estuvo ausente.
El DT albiazul Javier Gandolfi fue más claro en lo táctico. Espero al rival y de contra aprovechó los hombres veloces. Tuvo que recurrir a utilizar a Gastón Benavídez de zaguero central dejando su lugar habitual en el lateral derecho, y cumplió sobre todo ante un peso pesado como Pablo Vegetti. Con una defensa renovada, con el refuerzo Juan Rodrígez, mostraron estar a la altura.
Pero ya la historia parecía escrita. De hecho Losada se esforzó al máximo en una tapada providencial sobre Michael Santos tras una gran acción colectiva pero nada pudo hacer segundos después con el remate de Rodrigo Garro, zurdazo inatajable al palo izquierdo para el 2 a 0 letal.
Un clásico caliente, como todo clásico
El partido tuvo roces típicos de clásicos, Diarte se salvó de la expulsión y desde las tribunas, fue todo una caldera. El DT Guillermo Farré arrancó con cambios para el complemento pero nunca encontró la clave para entrarle a un Talleres que no le perdonó ninguna contra.
Belgrano ya estaba partido, para colmo de males una pelota perdida por Hesar en mitad de cancha le dejó servida la corrida a Valoyes, que luego de encarar y perder, recibió una torpeza de Godoy para que el juez cobre penal, cuando el colombiano se iba esquinando con la pelota. Julio Buffarini cambió penal por gol para el 3-0, con un innecesario festejo del «Chacho» pidiendo silencio a la tribuna «Pirata». Ahí el partido se puso áspero, hablado, al límite de las peleas por eso Baliño no adicionó ni un segundo más.
Alegría en Talleres, preocupación en Belgrano pero la hora de la verdad es el próximo fin de semana cuando arranque la Liga Profesional. Los clásicos generan esto en el perdedor, pero el «Albiazul» fue superior en velocidad y en lo táctico. Señales de alarma y conjeturas en ambos equipos, la verdad empieza el otro fin de semana, pero bienvenidos el estímulo de la gente de Talleres en ganar y soñar con algo más.
La hora de la verdad empieza el otro fin de semana, pero el estímulo de ganar suma en lo anímico.