- Se recomienda mantenerse activo en todas las etapas de la vida, para el cuidado de la salud física y mental.
- Acciones como bailar, caminar o hacer las tareas del hogar suman importantes beneficios.
- Indican tener en cuenta la edad y condiciones de cada persona.
Desde el Área de Enfermedades crónicas no transmisibles de la cartera sanitaria recuerdan la importancia de la actividad física como factor protector de la salud.
Guillermo Sarrá, profesor de educación física de esa área, indicó: “Incluir la actividad a la rutina ayuda al cuidado de la salud física y mental, es bueno sostenerla durante todas las etapas de la vida, de acuerdo a la edad y a las condiciones de cada persona”.
En este sentido, Sarrá detalló que acciones como bailar, hacer caminatas o tareas del hogar, realizadas de manera regular, implican movimientos corporales que:
- Contribuyen a la prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes.
- Reducen los síntomas de la depresión y la ansiedad.
- Mejoran las habilidades de razonamiento, aprendizaje y juicio.
- Benefician el crecimiento y el desarrollo saludable de los y las jóvenes.
- Generan bienestar.
Por el contrario, hábitos sedentarios, como pasar un tiempo prolongado frente a las pantallas, llevan a un crecimiento de los factores de riesgo para distintas enfermedades.
Para las personas que no están activas, se recomienda comenzar a incorporar en su rutina pequeñas cantidades de actividad física -por ejemplo, una caminata breve-, e incrementar gradualmente su duración, frecuencia e intensidad.
Además, para que la actividad sea sostenible, se aconseja elegir horarios convenientes que puedan adaptarse a la rutina de cada persona. En este sentido, se indica evitar horarios en los que las temperaturas sean extremas. A su vez, es importante no sobre exigirse, si bien es bueno ponerse metas, es importante que los objetivos se adapten a las distintas posibilidades.
Se debe tener en cuenta que signos como palpitaciones agitadas, elevación de la frecuencia cardíaca, fatiga muscular, dificultad para hablar mientras se realiza la actividad son algunos ejemplos de estar exigiéndose de más.
Recomendaciones de acuerdo a la edad
Francisco Echeguia, también profesor de Educación Física del área de Enfermedades Crónicas no Transmisibles, especificó que, para prevenir problemas de salud, es recomendable que una persona adulta realice actividad física entre dos horas y media a cinco horas por semana. En cuanto a niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años, el referente indicó que se les aconseja realizar por lo menos 60 minutos de actividad física diaria.
«Los beneficios de la actividad regular, con buena frecuencia y el tiempo pertinente, van a crecer exponencialmente en niños, niñas y adolescentes. Educarlos físicamente desde temprano hará que sean más activos en su vida adulta y, en el caso de personas adultas mayores, retrasará algunas consecuencias relacionadas a la edad”, agregó Echeguia.
El especialista destacó además que, si se contraen enfermedades como la diabetes, la actividad física no curará, pero beneficiará la calidad de vida y ayudará a transitarla de la mejor manera.
También señaló que es bueno que la actividad física se acompañe de una alimentación equilibrada, que incluya frutas y verduras, y una buena hidratación con agua segura o jugos naturales. De igual forma, es clave evitar el consumo de tabaco.