Ante la falta de divisas el gobierno nacional ha responsabilizado a “el campo” de acopiar granos y no ingresar los dólares recibido por las exportaciones. La pregunta incómoda es qué sector de la cadena agropecuaria tenía capacidad financiera para hacer esta maniobra desestabilizadora. ¿Otra operación de “fuego amigo”?
La posibilidad de acumular granos o cereales en un silobolsa y esperar el momento más oportuno para la venta es un lujo especulativo que no pueden darse los pequeños y medianos productores agrícolas. Como ocurre en cualquier negocio, sólo puede esperar el que tiene espaldas financieras para hacerlo. Y la realidad de la mayoría de los chacareros es que, cuando llega la cosecha, tienen que venderla urgente para pagar las cuentas. Esto ocurre en el caso de que siembren. Porque. por ejemplo, en las zonas agrícolas de la Provincia de Córdoba el 80% de los propietarios de pequeñas superficies, de 100 a 50 ha, alquilan sus campos.
En la Argentina, en particular en reductos porteños o citadinos, totalmente desconectados con la producción agropecuaria, se ha mantenido el imaginario de que los inquilinos rurales son los chacareros del Grito de Alcorta, pero esto no es así, salvo en la horticultura. En lo que hace a las producciones extensivas como cereales, oleaginosas, y carnes, los inquilinos son los grandes propietarios o fondos de inversión, como son los pooles de siembra. Y los que alquilan sus tierras son los pequeños y medianos propietarios. En la zona núcleo el 70% de la superficies agrícolas se trabaja bajo alquiler. En el 92% de los casos, el inquilino paga con kgs de soja y en resto a porcentaje. En lo que hace a la producción nacional de soja, se estima que más de la mitad se hace en tierras alquiladas, y que un 5% de grandes empresas producen el 60%. Entre estas grandes empresas merece mencionarse a los Grobbo, un grupo multinacional que en su página oficial declara sembrar 100.000 hectáreas y que “alrededor del 50% de sus ingresos proviene del negocio del acopio de granos. La empresa cuenta actualmente con 12 plantas de acopio que le proveen una capacidad de almacenaje de más de 270.000 toneladas”.
Empresarios empáticos y gorilas
El personaje más conocido de Los Grobbo es Gustavo Grobbocopatel, que ha mostrado una envidiable cintura política al punto que acompañó a Cristina Kirchner en uno de sus viajes a Venezuela y mantiene diálogos con dirigentes del Movimiento Evita y Juán Grabois.
Tiene el mismo perfil, Antonio Aracre, el CEO de Syngenta, una multinacional de origen suizo que fue comprada por China National Chemical Corp., actualmente el grupo empresarial de agroquímica más grande. Aracre tiene un discurso progresista, y es amigo de Sergio Massa.
También debería incluirse en esta lista a Hugo Sigman, CEO del grupo INSUD y accionista de Bioceres una empresa de teconologia agropecuaria que ha desarrollado y registrado el trigo transgénico. Como muestra de su progresismo Insud publica la edición Cono Sur de Le Monde Diplomatique. Como productor de vacunas contra el Covid, ha mantenido estrechos lazos con funcionarias de alto nivel del Ministerio de Salud.
Con un perfil más conservador, pero buena capacidad para el diálogo debe incluirse a Gustavo Idigoras, dirigente de la Cámara de Aceiteros- CIARA, que es licenciado en Ciencias Políticas.
La contracara de estos empresarios empáticos con el gobierno, son los señudos y muy gorilas dirigentes de la Comisión de Enlace y, peor aún, los cerriles “autoconvocados”. El problema es que cuando se habla de una guerra económica contra el gobierno, hay que verificar de dónde salen las balas enemigas. Y si se hace esta verificación, el resultado es desalentador para el gobierno.
¿Quién se está guardando los dólares?
Los autoconvocados tienen muchas ganas de embromar al gobierno pero mucho más deudas que granos en los silobolsas, los de la Mesa de Enlace tienen apenas una porción del grano acopiado. Quienes sí tienen grandes volúmenes de acopio y ventas no declaradas, son las Cámara de Aceiteros y de Exportadores ( Ciara-Cec)- , que son el corazón del Consejo Agroindustrial Argentino. Es decir “los mejores amigos del campo” del Ministro Julián Domínguez. La supuesta genialidad de la política agropecuaria del gobierno fue “arreglar con los grandes”, y son los grandes jugadores de la cadena agroindustrial los que no venden o no declaran ventas de granos para que ingresen los dólares.
La politicas del gobierno hacia quienes hoy restringen el ingreso de dólares ha sido de sumisión. Dan cuenta de ésta política:
Como continuidad de las leyes aprobadas por el menemismo, las exportaciones agropecuarias se hacen por declaración jurada. No hay control estatal de lo exportado. Y se realizan desde puertos privados, donde realizan operaciones de triangulacion de ventas y de sobrefacturación y subfacturación (concesión a la Camara de exportadores- CER)
El gobierno de Fernández, dejó pasar la oportunidad de expropiar a Vicentin, que hubiera sido una empresa testigo bajo control estatal.
Se aprobó el trigo transgenico (concesión a Bioceres).
Se colocó al frente del Inase a un ex CEO de la empresa Don Mario, asociada a Monsanto,y ahora están a punto de decretar que los productores pierden el derecho de guardar semillas para uso propio (festejada en un tweet por Aracre de Singenta).
Se elevó el corte de biodisel en los combustibles (concesión a Ciara).
Como marco conceptual, el proyecto agropecuario del gobierno elevado al Congreso es el elaborado por el Consejo Agroindustrial Argentino.
Mal que le pese al gobierno, la decisión de demorar ventas y de no ingresar dólares de las exportaciones de granos provino minoritariamente de grandes productores agropecuarios y mayoritariamente de los pooles de siembra y de las grandes empresas acopiadoras, en particular las aceiteras y exportadoras. Dicen que en las malas se conocen los amigos. El gobierno tendría que reflexionar sobre los amigos que ha hecho en el campo. Aunque no se sabe si tiene tiempo.
Fuente: Regionalísimo