El cantante reveló que tuvo amigos imaginarios, aparecieron en 1992 y uno de ellos se llamaba igual que una joven que falleció ese mismo año.
En Podemos Hablar los invitados siempre expresan intimidades que a veces antes habían mencionado. En esta ocasión le tocó a Nahuel Pennisi quién contó, cuando Andy Kustnezoff le consultó si había tenido amigos imaginarios, que los tuvo pero en realidad fueron sus «guías».
«Una vez tuve un sueño revelador. Yo estaba corriendo y de repente me encontré una carretilla como de albañil. Adentro de la rueda salió un personaje y me dijo: ‘Yo te voy a acompañar, voy a ser tu amigo’, y se presentó con el nombre ‘Barató. Me desperté muy asustado porque no sabía que pasaba», explicó sobre como conoció a su primer compañero.
«Al tiempo se fueron sumando más amigos y llegaron a ser cinco. Eran todos independientes pero se relacionaban. Barató, Azul, Pelotín, Alelush y Pleká. Desde los dos hasta los nueve años estuvieron conmigo. Son como duendes o ángeles para mí. El único que murió fue Pleká y la vida de él era un globo. Me di cuenta que una vez se pinchó y se empezó a desinflar. Me desesperaba porque sabía que era la vida de él y me desperté llorando. Murió en el sueño pero me di cuenta que ya no estaba en la realidad», recordó sobre sus ángeles de la infancia.
Además, dijo por qué los sintió como guías: «Yo tengo el recuerdo de subirme a techos de casas que no conocía. Te lo juro. No me hablaban con voz humana, yo sentía que lo que tenía que hacer era eso, pero no venía de mí. Venía de otro lado», expresó. El cantante también se sinceró: «Sentí que me cuidaron. Sentí que lo que vinieron a hacer conmigo es transmitirme confianza y decirme ‘tomá riesgos que así es más fácil que ganes la batalla’, porque el que arriesga, no gana. Si vos confías en vos, es más fácil. Era algo del más allá».
Luego contó que sus amigos desaparecieron cuando creyeron que él ya estaba listo para vivir su propia vida. Cuando se fueron, el artista le contó a sus padres y al cabo del tiempo una amiga de su madre le mostró a la familia la foto de una niña que falleció en 1992 de meningitis. La curiosidad es que la joven se llamaba Barató y fue sólo deducción creer que fue la primera guía que la acompañó en su camino.
«En el año 92 fue donde aparecieron los duendes. Me estoy emocionando Andy. Ahí entendí que quizás el alma de esa nena está conmigo. Lo que sí sé es que hoy, estos guías seguramente están acompañando a algún ser», finalizó Nahuel conmocionado.