En el aniversario del telescopio espacial James Webb, la Nasa publicó una nueva imagen de las estrellas captada por el mismo
La Nasa divulgó hoy una imagen nueva del nacimiento de estrellas similares al Sol, en la que se ven chorros de gas rojo estallando en el cosmos y polvo incandescente, en coincidencia con el aniversario del telescopio espacial James Webb, anunció hoy la agencia espacial estadounidense.
La imagen contiene unas 50 estrellas jóvenes de tamaño similar al Sol, y provienen de la región de formación estelar más cercana a la Tierra, a 390 años luz, situada en la nube de gas, Rho Ophiuchi.
Asimismo, «nos permite ser testigos de un brevísimo periodo del ciclo vital estelar con una nueva claridad», declaró Klaus Pontoppidan, científico del proyecto Webb.
Y agregó que nuestro propio Sol «experimentó una fase como ésta hace mucho tiempo».
El 12 de julio de 2022, la Nasa reveló las primeras imágenes en color de su nuevo observatorio espacial, lo que marcó el inicio de las operaciones científicas de esta joya tecnológica, situada a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, consignó la agencia AFP.
Por su parte, Bill Nelson, jefe de la Nasa, declaró que en solo un año, el telescopio espacial James Webb «ha transformado la visión del cosmos que tiene la humanidad, asomándose a las nubes de polvo y viendo por primera vez la luz de rincones lejanos del universo».
«Cada nueva imagen es un nuevo descubrimiento que permite a científicos de todo el mundo plantear y responder preguntas que antes ni siquiera podían soñar», afirmó.
Para este primer aniversario, la Nasa prevé repasar el primer año de descubrimientos durante una retransmisión de video en directo a través de internet.
Una de las principales misiones del telescopio es explorar el universo, y examinar los exoplanetas, es decir, los planetas situados fuera del sistema solar y ayudar a comprender mejor la formación y el ciclo de vida de las estrellas.
Entre las imágenes espectaculares que nos regaló en octubre, figura la de los emblemáticos «Pilares de la Creación», unas inmensas estructuras de gas y polvo repletas de estrellas en formación, a 6.500 años luz de la Tierra, en nuestra galaxia, la Vía Láctea.
También observó la galaxia más lejana jamás detectada y agujeros negros, y midió por primera vez la temperatura de planetas rocosos lejanos similares a la Tierra, cuya atmósfera comenzó a analizar.
El observatorio costó 10.000 millones de dólares y décadas de trabajo, y es el sucesor del telescopio Hubble, aún activo, pero, a diferencia de éste, que observa el universo principalmente en el espectro visible, James Webb opera en infrarrojos,
que le permiten detectar una luz mucho más débil y, por tanto, ver mucho más lejos; como esta longitud de onda es imperceptible al ojo humano, las imágenes «se traducen» a colores visibles.
La región captada por la imagen publicada hoy es «completamente sombría cuando se observa con el Hubble», explicó el astrónomo Klaus Pontoppidan en su cuenta de Twitter.
James Webb dispone de combustible suficiente para funcionar durante 20 años, e investigadores de todo el mundo pueden reservar tiempo de observación con el telescopio.
«Hemos seleccionado un ambicioso conjunto de observaciones para el segundo año, basándonos en todo lo que hemos aprendido hasta ahora», puntualizó Jane Rigby, del centro espacial Goddard de la Nasa.
«La misión científica de James Webb no ha hecho más que empezar», agregó.