- Se trata de una medida económica, sencilla y eficaz para reducir el riesgo de infecciones.
- Para que sea efectiva como práctica preventiva, debe realizarse en momentos clave y de manera adecuada.
- Es fundamental que todas las instituciones, públicas y privadas, dispongan de los elementos necesarios para la correcta higiene de las manos.
El lavado de manos es una medida sencilla, económica y eficaz que contribuye a prevenir infecciones respiratorias, de la piel, de los ojos y enfermedades transmitidas por alimentos, y es un factor protector, sobre todo, para personas que conviven con condiciones que comprometen su sistema inmunológico.
Para que la higiene de manos sea efectiva como práctica preventiva, debe realizarse en momentos clave y de manera adecuada:
- Después de ir al baño o cambiar pañales.
- Al regresar de la calle o de cualquier lugar con alta circulación de personas.
- Antes de comer o manipular alimentos, especialmente, luego de tocar alimentos crudos.
- Después de acariciar o jugar con mascotas.
- En atenciones de salud: es clave que el equipo de profesionales respete el lavado de manos en los momentos correctos, para reducir el riesgo de transmitir infecciones a quienes reciben sus cuidados.
Las manos deben higienizarse con agua y jabón, en un lapso de entre 20 y 30 segundos. Los pasos para un correcto lavado son los siguientes:
- Mojarse las manos con agua.
- Colocar una cantidad de jabón suficiente en las palmas, cubriendo toda superficie de las manos.
- Frotar ambas palmas entre sí.
- Fregar la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazado los dedos y viceversa.
- Frotar las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados.
- Frotar el dorso de los dedos de una mano con la mano opuesta, agarrándose los dedos.
- Frotar con un movimiento de rotación el pulgar izquierdo, atrapándolo con la palma de la mano derecha y viceversa.
- Frotar la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación y viceversa.
- Enjuagarse las manos con abundante agua.
- Secarse con papel descartable o con una toalla limpia.
- Usar papel descartable para cerrar la canilla.
Es fundamental que todas las instituciones, públicas y privadas, dispongan de los elementos necesarios para la correcta higiene de las manos, con la posibilidad de un lavado accesible y en el momento que sea necesario.