La iniciativa generó críticas en Estados Unidos, aunque el Gobierno la defiende
La posibilidad de que la Argentina y Brasil avancen hacia una moneda común –que se llamaría “Sur”– agitó el avispero no sólo en nuestro país sino también a nivel internacional, ya que un artículo del Financial Times desató inmediatos comentarios de economistas y analistas en Estados Unidos.
Si bien la idea ronda en la región desde los orígenes del Mercosur, fue quedando sepultada con el paso del tiempo hasta que el lunes la resucitó el presidente brasileño, Luis Inacio Lula Da Silva, en su visita a nuestro país (ver HDC de la víspera). Pero la reacción en Estados Unidos no fue positiva. “Me sorprende la idea de una moneda común para Brasil y la Argentina. Esto parece muy problemático dadas las diferencias en las economías, las historias de populismo problemático en ambos lugares (…) y los problemas de ambos países con tipos de cambio fijos”, consideró Larry Summers, ex secretario del Tesoro durante el gobierno de Bill Clinton.
“¿Realmente? Una de las ideas más tontas que jamás he escuchado”, se despachó Mark Sobel, un veterano del Departamento del Tesoro norteamericano. “Esto es una locura”, agregó Olivier Blanchard, quien trabajó en el FMI como economista jefe. “Es sorprendente que un medio tan serio como es el Financial Times haya sacado esto sin consultar y sin presentar la opinión de algunos expertos porque parece ser la noticia con un mayor grado de humor que vi en los últimos años. ¿Cómo Argentina con un 100% de inflación va a formar parte de una moneda común con un Brasil que, salvo el año anterior que hubo un shock, lleva varios años con una inflación promedio de 4%?”, se preguntó además Alejandro Werner, director del Instituto para las Américas de la Universidad Georgetown.
A nivel local, Guido Lorenzo -director de la consultora LCG- consideró que la moneda común sería un mecanismo similar al swap que Argentina firmó con China en 2011. “Es decir, lo que le falta a un país o le sobre al otro, quedaría a favor o en contra de la tenencia de la moneda. Implica que no tenga repercusión para el día a día. Si la balanza comercial es deficitaria, no se le deben a Brasil dólares, sino que se quedaría con esa moneda y nos estarían financiando”, explicó.
“El camino hacia una moneda común debe comenzar por utilizar el sistema de pesos-reales para comercio bilateral. El primer paso concreto es que ambos bancos centrales se otorguen crédito reciproco con plazo de un año”, agregó Martín Redrado, ex presidente del Banco Central.
Por su parte, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, llamó a “consolidar como políticas de Estado” los acuerdos firmados con el vecino país y defendió la posibilidad de crear una moneda común al señalar que “se busca que la restricción coyuntural de reservas no limite el potencial del comercio bilateral”. “Todo está enfocado en cómo aumentamos las exportaciones, cómo tenemos más inversiones, cómo aumentamos más el comercio bilateral”, completó Scioli.
Financiación de importaciones
El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, se reunió ayer con funcionarios argentinos y brasileños en el marco de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde acordaron “trabajar juntos para incrementar el comercio y la integración productiva entre ambos países”, según se informó. El encuentro es un nuevo avance tras el acuerdo firmado el lunes por los presidentes Alberto Fernández y Luiz Inácio Lula Da Silva; que incluyó un convenio que prevé la financiación de las importaciones brasileñas que realice Argentina por un año (366 días).
El mecanismo constituye un crédito comercial operado a través del Banco do Brasil y el Banco Nación, con garantías cruzadas, que a Argentina le permitirá postergar el uso de divisas y facilitar las operaciones entre ambos países. Según la iniciativa, en lugar de esperar 180 días para acceder a divisas para pagarles a sus proveedores en Brasil, las empresas argentinas lo podrán hacer en reales a través del Banco do Brasil, presentando una carta de crédito del Banco Nación. El proveedor podrá tomar un préstamo en el Banco do Brasil en reales por el equivalente a la operación en dólares. Con esto, el Gobierno argentino apuesta a cuidar los dólares disponibles, que por la sequía se reduciría en US$ 10.000 millones menos.