La familia denunció que también fue torturada y discriminada por efectivos policiales de Tierra del Fuego mientras participaba de un ritual ancestral por el Día de los Muertos.
Una familia perteneciente al pueblo quechua denunció haber sido detenida ilegalmente, torturada y discriminada por efectivos policiales de Tierra del Fuego mientras participaba de un ritual ancestral por el Día de los Muertos, en el cementerio Parque del Mar de la ciudad de Ushuaia, confirmaron a Télam fuentes oficiales allegadas al caso.
El incidente dio lugar a una denuncia penal presentada en las últimas horas por Mariana Daniel Quisver, una de las supuestas víctimas, ante el fiscal Mayor de la capital fueguina, Eduardo Urquiza, quien analiza efectuar un requerimiento de instrucción al juez Federico Vidal, detallaron los voceros consultados.
Quisver, que es socióloga, docente, periodista y música, relató en su denuncia que cada 2 de noviembre su pueblo celebra la “ayamarkayquilla” o “fiesta de los muertos”, una celebración cultural y ancestral por medio de la que se reciben y se despiden con alegría las almas de los fallecidos.
“Es parte de una práctica de los pueblos preexistentes a los Estados Nacionales, y la sostenemos como reconocimiento de nuestra identidad quechua aymara (…) Es parte de un derecho de los pueblos andinos”, señaló la mujer en la denuncia.
Según Quisver, ya dentro del cementerio se presentaron “unos 10 policías” a manifestar que habían recibido una denuncia por “ruidos molestos” y “consumo de bebidas alcohólicas”, ya que en el ritual se consume “chicha”, una bebida casera de “leve a mediana graduación alcohólica”.
“Sin escuchar ningún fundamento ni atender a que no estábamos ocasionando ningún disturbio, me empujaron y caí al piso. Me retuvieron colocándome una rodilla sobre la espalda dejándome casi sin respiración, y cuando grité me pusieron otra rodilla en la cabeza y me esposaron. Me agarraron del pelo y me empujaron dentro del patrullero”, contó la referente quechua sobre la acción policial al finalizar la ceremonia.
Además, añadió que dentro del vehículo le apretaron las manos hasta cortar la circulación y otro efectivo se sentó sobre su cabeza. «En el hospital constataron las marcas en las dos rodillas, los moretones en las piernas y el brazo izquierdo hinchado. Me inyectaron algo para el dolor pero nunca me hicieron test de alcoholemia», detalló.
Por otra parte, agregó que finalmente fue trasladada a una comisaría sin que nunca le brindaran información sobre el motivo de detención suya y de sus parientes, con quienes se reunió horas después en la misma celda donde pasó varias horas hasta su liberación.
“Nos trataron de “sucios”, “indios” y “bolitas”. Se rieron de nuestro apellido quechua y de lo que estábamos haciendo en el cementerio, y nos dijeron que nos volviéramos a nuestro país”, indicó Quisver que es argentina, aunque sus familiares son de origen boliviano.
La familia se enteró recién al otro día que el motivo de la detención había sido “estar alcoholizado en la vía pública”.
La abogada de Quisver, Solange Verón, explicó que para el procedimiento se aplicaron edictos policiales que fueron declarados inconstitucionales por un fallo reciente del Superior Tribunal de Justicia de la provincia, y que en el caso existió un “especial ensañamiento por razones de raza y cultura” y también “móviles discriminatorios”.
Por ello, la letrada requirió la intervención del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y que se informe lo sucedido al Comité Nacional para la Prevención de la Tortura creado por la ley 26.827.
Fuente: lmdiario