- El 30 de julio pasado la púgil cordobesa se convirtió en la primera boxeadora del país en competir en un Juego Olímpico.
- Su debut quedará marcado como un día especial para el boxeo argentino.
La doble medallista de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y Lima 2019, cumplió su sueño de estar presente en la máxima cita olímpica. En su presentación en Tokio perdió por puntos ante la turca Esra Yildiz en la categoría hasta 60 kg, pero quedó en la historia del boxeo en nuestro país.
Ya en su Córdoba natal, la púgil contó sus sensaciones luego del paso por la capital nipona:“Se vivió algo único, una experiencia increíble, levantarse allá cada día era muy fuerte. Es lo más, la verdad que de solo bajar de tu cuarto por los ascensores y cruzas a los demás atletas argentinos por las escaleras y te saludan como si fueran conocidos de toda la vida. Las veía a Las leonas, que nunca las cruce en mi vida, y allá las cruzaba a cada rato, y no sabía si saludarlas. Las cruzaba y que me preguntaran cuando competía; haber, me estaban preguntando cuándo competía, fue increíble”.
Dayana tuvo muy poco tiempo de trabajo para poder llegar de la mejor forma a Tokio, pero el resultado deportivo quedó en un segundo plano: “Fui con muy poca preparación en lo boxístico. No tenía sparring, no estaba haciendo guanteo, solo estaba haciendo físico. Venía entrenando muy bien pero venía pesada, y la clasificación llegó solo diez días antes, así que tuve que bajar rápido de peso y ponerme a punto para subir a pelear. Y la competencia fue de alto nivel, todas estaban con el foco puesto en pelear y llegar al podio”.
Por las vueltas de la vida, y con un guion que parece estar escrito de antemano, una de las hermanas Sánchez quedaría con el privilegio de ser la primera mujer argentina en boxear en un Juego Olímpico. Es que primero, su hermana Leonela había recibido la invitación para estar presente en Tokio, pero un tema de salud vinculado a que fue mamá en octubre del año pasado, hizo que no pudiera llegar en condiciones. Días más tarde, la clasificación llegaría para Dayana que pasaría en a la historia.
Ante esto, la boxeadora manifestó: “Todavía no termino de caer porque cada cosa que me pasa acá en Córdoba día a día, me sorprende cada vez más. Es increíble el cariño de la gente, como te reciben, eso es impagable. Me pasó que muchas chicas me han dicho que yo era una inspiración, muchas chicas volvieron a hacer deporte. Habían dejado y han vuelto después de verme, de ver el sacrificio, así que creo que puede servir para que muchas más chicas se acerquen al deporte”.
Dayana Sánchez, de 28 años, es una peleadora nata. En el cuadrilátero y en la vida. Empezó en el boxeo a los 9 años. Al principio no le gustaba, pensaba que era «un deporte para hombres». Siempre acompañaba a su padre, Hugo –también boxeador–, al gimnasio y veía los entrenamientos que les brindaba a jóvenes. Un día vio un cruce y llegó el encanto: «¡Guau! ¡Quiero ser boxeadora!». Su padre al principio se opuso a la idea de que su hija sea boxeadora, “que estudie o sea modelo», me dijo pero después lo terminó aceptando y fue mi primer entrenador.
A los 14 años hizo su debut. En ese momento las categorías juveniles no existían y se enfrentó a mujeres más grandes. Tuvo que conseguir un permiso de la Federación porque el mínimo de edad para pelear era de 15 años.
En su trayectoria como púgil, el podio siempre estuvo a su alcance. Además de sus logros en los Panamericanos, conquistó dos veces la medalla de plata en los juegos Odesur de 2010 y 2014. Fue medalla dorada en el Nacional Femenino (2016), y en 2017 fue campeona continental en Guatemala.
Su lugar de entrenamiento era, y lo sigue siendo, el Centro de Desarrollo Deportivo Rafael Núñez de la Agencia Córdoba Deportes. Con la ayuda del Ministerio de Desarrollo Social, la ACD y el Ministerio de Educación, integró el programa «Formando en el Ring” y pudo continuar con sus estudios. Ahora se prepara para ser boxeadora profesional y en un horizonte no tan lejano, aparecen los Juegos de París 2024. Paso a Paso. Golpe a golpe.