Ansenuza es la laguna salada más grande de Sudamérica y la quinta a nivel mundial. Es un área de gran riqueza en biodiversidad y uno de los atractivos turísticos más importantes del centro de Argentina.
Por su extensa superficie y su régimen de fluctuación, la laguna puede considerarse única a escala continental. Declarado Sitio Ramsar en 2002, este humedal presta servicios ecológicos fundamentales y regula los regímenes hídricos y la biodiversidad, lo que constituye un recurso de gran valor económico, científico y recreativo.
Junto con los Bañados del Río Dulce conforman un humedal de grandes dimensiones, en el que habitan el 66% de las aves migratorias y playeras de la Argentina. Esto lo convierte en uno de los sitios más importantes para la conservación de especies migratorias de Sudamérica. Alrededor de 150 especies de aves vinculadas a ambientes acuáticos explican por qué se trata de un Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA). Entre ellas están los flamencos, que son emblema de la laguna y están representados por tres de las seis especies que existen en el mundo.
Entre su rica diversidad biológica, se pueden encontrar chorlos, gaviotas, garzas, cisnes blancos y de cuello negro, y mamíferos de importancia para la conservación como el aguará guazú, el mapache cangrejero y el tapetí o conejo de monte.
La creación de este nuevo Parque Nacional es fundamental ya que representa una oportunidad y beneficio directo para las comunidades locales que viven en el área de influencia, así como para el desarrollo de economías regionales de manera sostenible.
CÓMO NACIÓ Y SE CONSOLIDÓ ESTE PROYECTO
La Administración de Parques Nacionales de Argentina, la institución que cuida y conserva las áreas protegidas del país, se suma al reconocimiento mundial ante la necesidad y urgencia por conservar áreas naturales con la máxima categoría de protección por su alto valor biológico, paisajístico, cultural y científico.
En particular, la provincia de Córdoba respondiendo a esta misión, crea en el año 1994 la Reserva Provincial “Bañados de Río Dulce y Laguna Mar Chiquita” como respuesta a diversos estudios científicos que demostraron la importancia del área en cuanto a su fauna, flora y valores culturales. Desde hace algunos años y luego del análisis de las presiones ambientales sobre el territorio, diferentes ámbitos de gestión mostraron interés en transformar esta área en un Parque Nacional.
A partir de allí, inicia un proceso de trabajo mancomunado y de consenso con un enfoque multidisciplinario y multisectorial con la participación de los intendentes de la región, autoridades provinciales y nacionales, instituciones, ONGs locales e internacionales, escuelas, emprendedores, productores y actores de la sociedad civil, para el desarrollo de Ansenuza como región y hacia la creación del Parque Nacional y Reserva Nacional Ansenuza, con miras a garantizar la conservación a perpetuidad de esta región.
SOBRE EL EMBLEMA DEL ÁREA PROTEGIDA:
El emblema que distingue a las áreas protegidas nacionales y a los monumentos naturales, se diseña mediante un proceso en el que intervienen distintas áreas técnicas de la Administración de Parques Nacionales, aportando diversos componentes que los configuran. Cada emblema contiene elementos distintivos que caracterizan el espacio territorial o la especie protegida, reflejando rasgos particulares de cada ambiente en particular.
En el caso del Parque Nacional Ansenuza, se destacan las especies de aves emblemáticas que utilizan la laguna de Mar Chiquita como ambiente. Ocupando un espacio importante se encuentran tres especies de aves asociadas a ambientes acuáticos preferentemente salobres y estrechamente emparentadas entre sí a las que se agrupa bajo la denominación común de flamencos. Se trata del flamenco austral (Phoenicopterus chilensis) y las parinas chica (Phoenicoparrus jamesi) y grande (Phoenicoparrus andinus).
El primero de ellos es el de más amplia distribución en Sudamérica estando presentes en cuerpos de agua andinos, de llanura y costas marinas. En Ansenuza es la especie más numerosa de este grupo, presente durante todo el año, en tanto que las dos parinas viven en ambientes de lagunas altoandinas, llegando en invierno a lagunas de llanura, como es el caso de Mar Chiquita. Las tres especies presentan problemas de conservación, en particular las dos parinas, que son consideradas En Peligro por la Comisión de Especies Migratorias.
En vuelo, se presenta una bandada de falaropos tricolor (Phalaropus tricolor) en su plumaje invernal. Estas aves arriban en primavera y verano migrando desde el Hemisferio Norte americano, donde nidifican y presentan su plumaje de reproducción en el que las hembras son mucho más coloridas y llamativas que los machos que, además, son más pequeños. Suelen formar bandadas enormes que vadean zonas de aguas poco profundas. En Ansenuza se han llegado a registrar alrededor de 600.000 ejemplares de esta especie. Realizan un movimiento característico al nadar, girando sobre sí mismos y picoteando la superficie del agua, con su largo, recto y fino pico. En tanto que, como elemento cultural basado en la variada evidencia arqueológica hallada en la zona de Mar Chiquita y los bañados del Río Dulce, se incluyó una pieza de alfarería que representa vestigios de la ocupación humana por parte de cazadores-recolectores y pescadores. La presencia de estos antiguos grupos humanos se simboliza en el emblema del Parque Nacional con una vasija cerámica.