Para los científicos esta tendencia supone una verdadera amenaza para las aves que vuelan de noche durante la migración de primavera y otoño e incluso durante las temporadas no migratorias
Un estudio científico reciente demuestra que los niveles de contaminación lumínica aturden a las aves, que aprovechan la oscuridad de la noche para volar durante sus migraciones de primavera y otoño. La luz atrae y desorienta a las aves, lo que a menudo les provoca lesiones o la muerte cuando colisionan contra los edificios, y por ese motivo los pájaros intentan evitar la luz durante la temporada de cría y en otros momentos del año.
Durante la migración, sin embargo, las aves atraviesan miles de kilómetros incluyendo áreas pobladas que tienen mayores niveles de contaminación lumínica y no siempre pueden eludirlas. Solo en el 7% de la superficie terrestre de América se redujeron los niveles de contaminación lumínica, gracias al descenso de la población, reportó un informe del Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
Para los científicos del Laboratorio de Ornitología de Cornell y la Universidad del Estado de Colorado, esta tendencia supone una verdadera amenaza para las aves que vuelan de noche durante la migración de primavera y otoño e incluso durante las temporadas no migratorias.
“La evidencia de que las aves que migran de noche se encuentran con niveles crecientes de contaminación lumínica en algunas regiones es preocupante”, explicó el autor principal de la investigación, Frank La Sorte, del Laboratorio de Cornell.
El estudio utilizó datos de eBird -un programa de ciencia ciudadana del Laboratorio Cornell en el que los observadores de aves voluntarios introducen sus observaciones desde cualquier parte del mundo- para generar estimaciones semanales de la abundancia relativa de las 42 especies comprendidas en el estudio.
Los autores cruzaron estos datos de abundancia con las mediciones por satélite de la contaminación lumínica de 12 meses, recopiladas a lo largo de 22 años, y descubrieron que todas las especies estudiadas se encontraban en regiones con niveles crecientes de contaminación lumínica.
“Invertir las tendencias de contaminación lumínica en Centroamérica, especialmente durante la primavera, y poner en marcha programas de Lights Out (‘apagado de luces’) durante los periodos de migración intensa podría salvar a un número considerable de aves migratorias”, dijo Kyle Horton, de la Universidad Estatal de Colorado y coautor del trabajo.
Gracias a este estudio, los científicos pueden determinar con mayor certeza dónde y cuándo es probable que las aves se encuentren con la contaminación lumínica existente o en aumento, datos que favorecen la toma de medidas y esfuerzos más eficaces para reducir los riesgos para las aves migratorias.
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