Hace tres décadas era el papel de más alta denominación.
¿Cuánto se puede perder en tres décadas? En 2022 se cumplieron 30 años desde el debut del peso argentino actual y del billete de $100. En ese entonces era muy fácil encontrar productos en el supermercado por menos de $1. Hoy hay algunos para los que ni siquiera alcanzan $100.
“El Decreto del Poder Ejecutivo N° 2.128 del 10 de octubre de 1991 dispuso la puesta en vigencia, a partir del 1 de enero de 1992, de la LÍNEA PESO. Se estableció una paridad de un peso ($1) equivalente a diez mil australes (A 10.000)”, recuerda el sitio web del Banco Central.
En esos 30 años que transcurrieron desde 1992 hasta 2022 pasaron cosas: la salida de la convertibilidad, devaluaciones, crisis institucionales y años de inflación muy alta entraron en el combo. Ese combo destruyó a la moneda argentina.
El billete de $100 incluso cambió de imagen: de Julio Argentino Roca a Eva Perón y luego a una taruca, un ciervo autóctono de la Argentina. También dejó de ser, por lejos, el de mayor denominación.
Basta ver lo que pasó con el poder de compra del billete de $100 -por ese entonces, el de mayor denominación- en estas tres décadas.
Por ejemplo, en términos de kilos de asado, se pueden comprar casi 33 menos. En 1992, un billete de $100 compraba justo 33 kilos de carne a $3 cada uno. En 2022, solo alcanza para 100 gramos.
Para hacer las comparaciones, TN accedió al Índice de Precios al Consumidor de inicios de 1992 y comparó los datos con la última medición del Indec (diciembre de 2021 contra diciembre de 1991).
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Paquetes de yerba mate de 500 gramos: 93 menos en 30 años. De 93,5 a poco más de $1 a medio paquete con un valor por encima de los $200.
En términos de vino, son 78,75 litros menos; de tomate, 115 kilos menos; de paquetes de harina, 301 menos.
Cómo eran $100 en 1992 y cómo son ahora
Por ese entonces, en 1992, los precios todavía tenían los coletazos de la hiperinflación: en enero de ese año la inflación interanual había sido de 76% y la intermensual, del 3%, números no tan distintos del escenario actual.
Sin embargo, hay diferencias nominales. Como el peso recién nacía y era equivalente a un dólar, era muy común encontrar en las alacenas precios por debajo de $1. La harina de trigo común, por ejemplo, costaba 33 centavos. El kilo de tomate, 86 centavos. El litro de leche, 44 centavos y la manteca de 200 gramos, 86 centavos.
Hoy, el billete de $100 es el cuarto de mayor denominación, superado por el de $200, el de $500 y el de $1000. En este momento, las discusiones de billetes y monedas pasan por si no hay que poner en circulación notas de mayor denominación, como de $2000 y $5000, para ponerse a tono con la inflación que hubo desde la última incorporación, en diciembre de 2017.
Para terminar, una comparación un poco más obvia: en 1992, $100 alcanzaban para US$100. En este momento, y medido al tipo de cambio paralelo, uno de los pocos de libre acceso por fuera del cepo, no alcanzan ni para 50 centavos de dólar. TN – Por Sofía Terrile